Solo Blog - Top Sites

domingo, 31 de mayo de 2009

Sospechar y volver sobre mis pasos



Ha llegado el momento de trasladar a la Teoría de la Conspiración desde la periferia hasta el centro. En primer lugar, hay que distinguir los significados al trasluz de cómo es el mundo moderno y qué pautas ha seguido en su desarrollo a partir del siglo XVI y su presente, del que nosotros somos testigos afectados por la incredulidad. La incredulidad es un consecuente de la educación y de la imagen que en torno al sistema hemos recibido desde la infancia. Dicha imagen consiste en esto: el mundo actual, es un mundo libre y democrático regido por intereses espontáneos, necesidades y mercados en el que todos podemos participar. La información también es de todos, por lo tanto no puede haber mucho más de lo que nos cuentan. Veámos, para empezar, en qué consiste mi definición de esta corriente de la Historia y sobre la que ya he disertado en anteriores escritos. Se trata de una energía de la Historia a la que he denominado con el término Perfectibilismo. Esta energía comenzó con el arte y la religión, en un momento de fuga del paraíso, cuando el humán levantó su mirada hacia las estrellas por primera vez y su conciencia le dijo: ¿Es esto todo lo que puedes llegar a ser?. Ésta es una conspiración inconsciente, abstracta, implícita en la deriva natural de la civilización, la cual engloba a la mayor parte de los individuos que la forman. No hay nada ( o casi nada) oculto ni secreto, al menos desde la irrupción del cristianismo, germen resolutivo de nuestra modernidad al producirse un fenómeno sincrético entre éste y el mundo clásico. Pero hay otra vertiente de la conspiración y es la que todos conocemos por su carácter supuestamente ahistórico y sensacionalista. Es la que nos llega desde la periferia como una actualización de la idea de predestinación en la grecia arcaica (y en otras civilizaciones de la antiguedad), la cual entendía a la humanidad como un tablero de ajedrez al servicio del capricho de los dioses olímpicos. Se trata de una conspiración explícita, concreta, inspirada y alentada en la consciencia de unos pocos elegidos que van trazando su plan en secreto, y el común de los mortales son simples marionetas que permanecen ignorantes a los movimientos profundos de la Historia Global. Es decir, un planeta entero sometido al control de un puñado de seres elitistas. El ansia perfectibilista también cabe en la comprensión de esta vertiente subterránea, pero en este caso solo como ingrediente especulativo. Lógicamente, la idea es tan espectacular y siniestra que cualquier postura razonable no podrá aceptarla y deberá someterla a un análisis sociológico. Las leyendas urbanas son un cauce útil si queremos aproximarnos a la comprensión del colectivo humano. Sin embargo, el signo de nuestro tiempo nos obliga a mirar de otro modo. Esto requiere un análisis más pormenorizado y lo dejo para otro momento, pero debo decir que estamos en una época conclusiva, como otras épocas conclusivas que han existido en siglos anteriores. Me refiero a que estamos en un tiempo presente que colinda con la ciencia-ficción antropológica, en concreto con la eclosión tecnológica que llega a un máximo objetable de expansión y desarrollo del potencial humano, plenitud de las consignas culturales avanzadas en el campo técnico. Después de las dos revoluciones industriales, de dos guerras planetarias, y de la reestructuración social resultante, estamos a unos pocos pasos de ver acontecimientos que ahora parecen increíbles. La idea de criptocracia (término acuñado por Pauwels y Bergier en Le matin des magiciens ) encuentra su perfecta coherencia en la eclosión tecnológica. El fin de los tiempos puede ser la realización de sueños arcanos mediante la técnica. Sueños, ideales, Dioses en la tierra...Fijémonos en este fragmento del libro La legitimación de la edad moderna, de Blumenberg:

El peligro de esta idea hiperbólica del progreso (progreso ilimitado) es la necesaria decepción que tendrá que experimentar cada individuo en el contexto de la historia general , al verse obligado a aportar su trabajo en aras de un futuro del cual él ya no podrá disfrutar. Pese a todo, la idea de progreso ilimitado cumple también una función protectora para los individuos y generaciones que aparezcan en la historia. Pues si hubiera un fin definitivo inmanente a la historia, aquellos que creen saberlo y pretenden alcanzarlo se considerarían legitimados a utilizar a todos los otros ,que ni lo saben ni lo pueden realizar, como meros instrumentos.

El fragmento ejemplifica la integración de las dos vertientes, la efectivamente perfectibilista e implícita (progreso ilimitado como transposición secular del mundo trascendente) y la esotérica-especulativa referida al grupo minoritario de privilegiados que maneja sin escrúpulos a la mayoría ( iluminados que perpetúan el sueño mediante un legado secreto que es depositado generación tras generación. ¿La idea de un progreso ilimitado es tan poderosa que puede sostener una conspiración durante siglos? ). La Verdad quizá esté en la intersección clave dada entre estos movimientos iluministas. La milenaria corriente abstracta del perfectibilismo tal vez se hizo concreta en estos grupos clandestinos que -durante los siglos XVII y XVIII -trabajaron para descubrir los secretos de la naturaleza. Son, efectivamente, humanos que desafían a Dios. El tablero de ajedrez arcaico era la épica imaginada de un potencial que esta esperando a el nuevo orden de los siglos para su realización. La mente humana nunca hubiera creado el mito de la comunicación a distancia si fuera incapaz de inventar el teléfono. Los viajes espaciales existen porque hubo profetas y místicos que ensoñaron vuelos siderales. Nunca habríamos creado dioses sin aspirar eficientemente a parecernos a ellos. En verdad parece que en esta planeta se esta llevando a cabo un plan desde hace siglos. Ahora bien, si observáramos el comportamiento y evolución de distintas bandadas de pájaros pertenecientes a una misma especie veríamos que sus comportamientos (sistema de alimentación, hibernación, migraciones, forma y sentido de sus vuelos) son bastante similares y predecibles generación tras generación. El desarrollo de la vida animal sigue el patrón básico desde un plan biológico (genoma) que interactúa con las variables ambientales. No hay nada de particular ni extraordinario. Si estos pájaros, un día de repente, empezaran a soñar con ser algo más que pájaros, dicho plan superaría los patrones hereditarios (es decir, trascendería la contingencia y el instinto) y cobraría una dimensión siniestra. Ya no sería un plan implícito en el orden natural de las cosas. El ser humano, dotado de conciencia histórica y del sentimiento de autoafirmación, puede llevar sus aptitudes y su inteligencia a rincones inesperados y peligrosos. Sobre todo si dicho plan es pactado con letras de oro, representado con marcas de fuego y auspiciado mediante secretos velados en salones de lujo, correspondencia, símbolos esotéricos y sacralidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Directorio de Web's y Blog's