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lunes, 27 de diciembre de 2010

Domini Mundi

El iluminismo, en el sentido más amplio de pensamiento en continuo progreso, ha perseguido siempre el objetivo de quitar el miedo a los hombres y de convertirlos en amos. Pero la tierra enteramente iluminada resplandece bajo el signo de una triunfal desventura. El programa del iluminismo consistía en liberar al mundo de la magia. Se proponía, mediante la ciencia, disolver los mitos y confutar la imaginación: Bacon, "el padre de la filosofía experimental", recoge ya los diversos temas. Desprecia a los partidarios de la tradición, quienes "primero creen que otros saben lo que ellos no saben; luego suponen saber ellos mismos lo que ellos no saben. La credulidad, la aversión respecto a la duda, la precipitación en las respuestas, la pedantería cultural, el temor a contradecir, la indolencia en las investigaciones personales, el fetichismo verbal, la tendencia a detenerse en los conocimientos parciales: todo esto y otras cosas más han impedido las felices bodas del intelecto humano con la naturaleza de las cosas, para hacer que se ayuntase en cambio con conceptos vanos y experimentos desordenados. Es fácil imaginar los frutos y la descendencia de una unión tan gloriosa. La imprenta, invención grosera; el cañón, que estaba ya en el aire; la brújula, conocida ya en cierta medida antes: ¡qué cambios no han aportado, la una al estado de la ciencia, el otro al de la guerra, la tercera al de las finanzas, el comercio y la navegación! Y hemos dado con estas invenciones, repito, casi por casualidad."

La superioridad del hombre reside en el saber, no hay ninguna duda respecto a ello. En el saber se hallan reunidas muchas cosas que los reyes con todos sus tesoros no pueden comprar, sobre las cuales su autoridad no pesa, de las que sus informantes no pueden darles noticias y hacia cuyas tierras de origen sus navegantes y descubridores no pueden enderezar el curso. Hoy dominamos la naturaleza sólo en nuestra opinión, y nos hallamos sometidos a su necesidad; pero si nos dejásemos guiar por ella en la invención, podríamos ser sus amos en la práctica.
Bien que ajeno a las matemáticas, Bacon ha sabido descubrir con exactitud el animus de la ciencia sucesiva. El feliz connubio en que piensa, entre el intelecto humano y la naturaleza de las cosas, es de tipo patriarcal: el intelecto que vence a la superstición debe ser el amo de la naturaleza desencantada. El saber, que es poder, no conoce límites, ni en la esclavización de las criaturas ni en su fácil aquiescencia a los señores del mundo. Se halla a disposición tanto de todos los fines de la economía burguesa, en la fábrica y en el campo de batalla, como de todos los que quieran manipularlo, sin distinción de sus orígenes. Los reyes no disponen de la técnica más directamente que lo que hacen los mercaderes: la técnica es democrática como el sistema económico en que se desarrolla. La técnica es la esencia de tal saber. Dicho saber no tiende -sea en Oriente como en Occidente- a los conceptos y a las imágenes, a la felicidad del conocimiento, sino al método, a la explotación del trabajo, al capital privado o estatal.

Todos los descubrimientos que aun promete según Bacon son a su vez instrumentos: la radio como imprenta sublimada, el avión de caza como artillería más eficaz, el proyectil guiado a distancia como brújula más segura. Lo que los hombres quieren aprender de la naturaleza es la forma de utilizarla para lograr el dominio integral de la naturaleza y de los hombres. Ninguna otra cosa cuenta. Sin miramientos hacia sí mismo, el iluminismo ha quemado hasta el último resto de su propia autoconciencia. Sólo el pensamiento que se hace violencia a sí mismo es lo suficientemente duro para traspasar los mitos. Frente al actual triunfo del "sentido de los hechos", incluso el credo nominalista de Bacon resultaría sospechoso de metafísica y caería bajo la acusación de vanidad que él mismo formuló contra la escolástica. Poder y conocer son sinónimos. La estéril felicidad de conocer es lasciva tanto para Bacon como para Lutero. Lo que importa no es la satisfacción que los hombres llaman verdad, sino la operation, el procedimiento eficaz; "el verdadero fin y tarea de la ciencia" reside no en "discursos plausibles, edificantes, dignos o llenos de efecto, o en supuestos argumentos evidentes, sino en el empeño y en el trabajo, y en el descubrimiento de detalles antes desconocidos para un mejor equipamiento y ayuda en la vida.



[Max Horkheimer y Theodor Adorno, "Dialéctica del Iluminismo"]

jueves, 29 de octubre de 2009

La Tradición Iluminista: ¿un plan para la Historia moderna?





Ciertamente como la naturaleza creó hermandad en familias, y como las artes mecánicas contraen hermandades en comunidades, y la unción de Dios indujo en modo supremo una hermandad de reyes y obispos, así en la ciencia no puede haber más que una fraternidad del conocimiento y la iluminación, relacionada con la paternidad que se atribuye a Dios, quien es llamado Padre de la Iluminación o de las luces.

Francis Bacon, El avance de la ciencia, 1605.







Comprender la aceleración de la Historia sufrida durante los siglos recientes es una tarea pendiente de hallar un método y una clave que clarifiquen las causas de un asombroso fenómeno histórico. La historiografía recoge los fenómenos sociales y políticos que irrumpen en un primer plano cronológico. Parece hablar de movimientos consecuentes, acciones inmediatas que nos muestran el significado del suceso sin explorar las iluminaciones que lo han inspirado. Y es que, ciertamente, resulta incómodo pensar en lo que el progreso científico y técnico nos ha aportado para, en última instancia, vernos arrastrados a reconocer la relevancia de los mitos en la génesis de la modernidad. Pájaros que quieren ser algo más...

Situados a caballo de los siglos XVI y XVII, hallamos una Europa sumida en las tensiones entre los países guiados por la familia imperial de los Habsburgo - partidaria de la Iglesia de Roma - y la facción protestante que se articula en torno a la Iglesia anglicana de Inglaterra. El protestantismo supone una reforma ideológica animada por la nueva perspectiva teológica del sujeto cognoscente. Este puede ahora crear realidades al margen de una autoridad unívoca. Y, sin quererlo en origen, la Reforma impulsó el trabajo de los Magos, los primeros tecnócratas auspiciados y protegidos en los ambientes del palacio. Mientras, el catolicismo continuaba alimentando la hoguera para condenar a cualquier explorador de la materia o del espíritu. Y así penetramos en un tiempo de misterios, de extraños movimientos intelectuales y esotéricos de los que no podemos identificar con exactitud cuáles fueron las distintas semillas esparcidas por todo el ámbito europeo. Hallamos indicios en España, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra. Pero sobre todo Alemania e Inglaterra, el verdadero centro de una Reforma que atraviesa los siglos hasta llegar a nuestros días. En Inglaterra, la reina Isabel de la dinastía Estuardo aglutinaba en torno a su palacio a artistas e intelectuales que integraron sus actividades en la Orden de la Jarretera, un grupúsculo de caballeros místicos cuyo símbolo era la cruz roja de San Jorge. Cerca del núcleo alemán, por su parte, el mago matemático y cabalista John Dee organizaba conciliábulos en la región de Bohemia, y desde allí, mediante canales y vías poco conocidos, expandió su influencia hacia el Palatinado germano. Previamente, John Dee fue uno de los pensadores más influyentes en la corte de Inglaterra. En el año 1613 se celebró el matrimonio entre Isabel de Inglaterra y Federico del Palatinado, jefe de los protestantes alemanes, constituyendo así una alianza entre las naciones partidarias de la Reforma y situando su centro estratégico en el castillo de Heilderberg. Ello implicaba un trasvase de los tesoros del renacimiento, los clásicos y los arcanos guardados en los castillos ingleses fueron puestos a la luz de los magos de centroeuropa, uniéndose a la iniciativa de la Orden de la Jarretera. En este momento de la Historia, por tanto, tenemos una fusión de las distintas corrientes esotéricas y tecnico-científicas auspiciada por los monarcas de Inglaterra y Alemania. El castillo de Heilderberg poseía un bello paisaje de jardines velados por misteriosas estatuas parlantes y fuentes de agua que emitían sonidos celestes, fruto del trabajo del mago De Gauss; la técnica puesta al servicio de una ensoñación, y entonces es magia lo que hoy llamamos simplemente tecnología, pues aquel castillo parecía sacado de un cuento de hadas, primer laboratorio de autómatas y simulacro de inteligencia artificial. Solo que en el contexto palatino era un modo de crear misterio y poesía, tal vez el atributo que diferencia a un mago de un científico, siendo ambos dos aspectos de un mismo conocimiento.


Añadamos otros nombres de los iluminados que forman parte de este movimiento en torno al Palatinado: Juan Valentín Andreas, Roberd Fludd, Michael Maier. Ellos, junto con el enigmático John Dee, compartían su devoción por la cábala y la alquimia de tradición medieval y renacentista, además de los conocimientos de geometría clásica, imbuidos en las obras de Marco Vitruvio. Y llegados a este punto, retenidos los nombres de los Magos y principales artífices, abordemos uno de los aspectos más extraños de la historia moderna. Un aspecto que se concreta en la publicación en Alemania de dos manifiestos -el uno titulado la Fama Fraternitatis y el otro la Confessio Fraternitatis - conocidos generalmente con el nombre de Manifiestos de la Orden Rosacruz, haciendo referencia al nombre de la supuesta sociedad secreta que los escribió y expuso a la opinión pública en los años 1614 y 1615. Dichos manifiestos se inspiraban en los caracteres más puros de la piedad cristiana, personificando ese arquetipo en la figura de Christian Rosenkreuz, un sabio iniciado durante un viaje en oriente, fundador de una sociedad encaminada al trabajo en ayuda de los desfavorecidos, la caridad y la curación médica. Suponía, por tanto, una prolongación de la mitología medieval en la Europa cristiana dentro de las fases previas a la era de la ilustración, con la diferencia de que aquellos manifiestos ponían especial énfasis en la necesidad de una profunda reforma social en todo el mundo, en particular la educación y el avance del conocimiento. También hacía hincapié en los aspectos milenaristas del judeocristianismo, queriendo inaugurar una edad dorada de la civilización, entendida como el retorno al Edén. En definitiva, la construcción de Un Mundo Perfecto guiada por sociedades de iluminados que creen haber vislumbrado el Fin inmanente en la Historia. No existe ningún documento histórico que demuestre que dicha sociedad rosacruz existió realmente, y en cambio sí tenemos indicios suficientes para atribuir la redacción de los manifiestos a los seguidores de la tradición hermética, científicos y reformadores que formaron parte del movimiento intelectual que creció en torno a la unión de las monarquías protestantes de Inglaterra y Alemania. El propio Juan Valentín Andreas afirmó el carácter ficticio o de “broma” de la sociedad rosacruz, y además parte de su corpus simbólico y esotérico - asi como el de John Dee y su obra Monas Hieroglífica - se puede identificar claramente en el texto rosacruciano. Del mismo modo las contribuciones o interconexiones del ideario de Robert Fludd y Michael Maier se integran en esa corriente intelectual - secreta, o sencillamente discreta - que utilizó el mito de la hermandad rosacruz para ocultar su iniciativa de Reforma universal, operando con la necesaria discreción en una época de inquisiciones y condenas contra todo hereje que impulsara ciertos conocimientos calificados como demoníacos, desde la magia cabalística hasta la matemáticas de aplicación práctica que John Dee había desarrollado. Y lo cierto es que cuando uno lee los dos manifiestos rosacruces o los testimonios de los estudiosos de la época que sintieron atracción por el misterio rosacruz, percibe el carácter etéreo de ese autodenominado Colegio Invisible, su lejanía del mundo, más bien como ángeles o seres de otra realidad que velan por la humanidad y el progreso ético y científico. Estamos hablando, en conclusión, de una ficción elaborada con el propósito de desviar la atención respecto a las personas que querían impulsar la Reforma Universal desde la discreción y - al mismo tiempo - condicionar, manipular, influir, exhortar o preparar a la opinión pública de la Europa del siglo XVII de cara a grandes cambios en el orden religioso y material del mundo. A nivel religioso, la creación de una espiritualidad universal que aglutinara a todos los individuos y a todas las naciones. A nivel material, el desarrollo del poder de la mente humana sobre la materia, y un avance de la ciencia en su vertiente práctica como nunca antes se había visto en la Historia. La guerra de los Treinta Años, no obstante, estalla en el año 1618 y ello supone la destrucción de ese proyecto subterráneo que se sostenía en la alianza y la protección de la reina Isabel y su esposo Federico. Pero, a fin de cuentas, aquí importa el hecho de que, efectivamente, desde mediados del siglo XVII y, sobre todo, durante el siglo XVIII, siglo de iluminaciones y de la Razón ilustrada, Europa vivió una revolución del conocimiento científico que desembocaría en las dos revoluciones industriales y en el mundo tal y como hoy lo conocemos. Y más inquietante todavía es comprobar que la misma ficticia y etérea Hermandad Rosacruz ha transmutado (multiplicada en distintas ramas sectarias) algunas de sus formas y contenidos para reaparecer, actualizada, en los siglos XX y XXI, como veremos más adelante.

Debido a la abundante literatura sensacionalista que se ha inspirado en el misterio rosacruz, los historiadores serios suelen retroceder ante los interrogantes que este nos plantea. Lo importante, insisto, es que esa ficción amaga un movimiento subterráneo de carácter místico-científico, el cual fue la primera causa que propició el camino hacia la sociedad hipertecnificada que ahora disfrutamos. ¿Tiene cabida la duda en torno a la posible existencia de una sociedad, invisible pero real, que desde la sombra ha ido configurando la Historia a partir del siglo XVII, siendo los manifiestos rosacrucianos la primera señal palpable de esa Historia oculta?. Hay unos pocos indicios a favor de esa posibilidad. Un ilustre pensador como Michael Maier, por ejemplo, aseguraba en sus obras Silentium post clamores y Thermis aurea que la sociedad rosacruz era real - aparte de la mixtificación dada en los manifiestos - y que él mismo había contactado con algunos de sus miembros. Y el cabalista Elias Ashmole escribió una carta dirigida a los miembros de la fraternidad secreta, e incluso pedía ser admitido en la organización. Sin embargo, estos testimonios solo demuestran la conformidad y el interés que estos magos y pensadores sentían ante la promesa y la Utopía sobre el nacimiento de una nueva aurora en la Europa devastada por el orden inquisitorial, los enfrentamientos de unas naciones contra otras y las guerras de religión. Obviamente, cada lector puede interpretar estos hechos según su parecer, pero valga decir que el concepto de sociedad secreta, como tal, no es falseable, y por tanto entraríamos en la simple especulación, insulsa desde nuestra óptica historiográfica, la cual se queda asombrada ante los misteriosos orígenes de la modernidad ilustrada. Ciertamente, a pesar de la tragedia que implicaba el estallido de la guerra de los treinta años, en el año de 1660 nacía en Londres la Royal Society, una sociedad de pensadores y científicos inspirados en la utopía rosacruz. La Royal Society de Londres fue, ni más ni menos, la materialización del Colegio Invisible ante la vida pública, siendo Theodore Rank ( ciudadano inglés procedente de Alemania, cuna del movimiento rosacruz) uno de sus principales instigadores, y era la perpetuación de aquél proyecto que en décadas anteriores comenzó su andadura en torno al selecto club de intelectuales apoyados por la monarquía del Palatinado. Y aquí hallamos otra clave; cabe interpretar la ficción de la fraternidad rosacruz como una exhortación a la creación de sociedades formadas por los mejores eruditos, ya fueran discretas o abiertamente públicas, como fue el caso de la Royal Society. El secretismo de los conciliábulos, lógicamente, se hacía necesario para poder impulsar los proyectos sin verse amenazados por la inquisición católica. Este es seguramente el razonamiento que mejor explica la posible proliferación en Europa a partir del siglo XVII de reuniones secretas de eruditos, y la relevancia que dichas sociedades han tenido en los avances de la ciencia moderna. El conocimiento tenía que avanzar discretamente, a salvo del Imperio religioso del dogma católico, el cual no estaba dispuesto a perder su influencia y su poder. De ahí que resulte inevitable deducir que la principal y más popular de entre todas las fraternidades de carácter esotérico, la Masonería especulativa moderna, tuvo su origen en el mismo movimiento rosacruz, y según apunta Frances Yates en su libro The Rosacrucian Enlightenment, la fraternidad rosacruz pudo ser una ficción que escondía la aparición de un movimiento “proto-masónico”. Por tanto, la Masonería inglesa y oficialmente establecida a partir del siglo XVIII era la depositaria del legado de pensadores rosacruces como John Dee, Juan Valentín Andreas, Robert Fludd y Michael Maier. Todos ellos, rosacrucianos y masones, adoraban (aunque solo fuera en la esfera de los símbolos y los arquetipos) al Gran Arquitecto del Universo, y partiendo de su magia cabalística pudieron emprender la tarea de arrojar luz sobre el mundo natural. Aquí empezó a desarrollarse la filosofía natural moderna. Y también la creación de una religión universal que abriría las puertas hacia la nueva era. Pero continúa latente el pálpito de una cuestión que agranda el misterio sobre por qué nuestra civilización moderna - tan racional y pragmática - fue configurada por iluminados esoteristas en pos de una Utopía perfectibilista: ecumenismo, armonía, comunión entre el hombre y los seres celestiales, fraternidad entre las naciones, nacimiento de una nueva humanidad, un nuevo orden mundial... Estos conceptos están hoy más vigentes que nunca, y sin duda el legado rosacruz permanece, al menos, en las formas que sus profetas contemporáneos utilizan en las campañas mediáticas. Luego volvemos sobre ello.

Una mirada panorámica nos permite descubrir la esencia subyacente a esta breve pero trascendental historia. Me refiero a la utilización de los mitos populares con el objetivo de moldear las conciencias de la plebe. Ya desde la remota antigüedad, brujos, chamanes y, en fin, las élites del sacerdocio y del poder económico concentrado en el templo, utilizaban el miedo a los dioses o a las diversas entidades malignas como método de control social. El movimiento rosacruz es una historia sobre una élite de eruditos que comienza a configurar el futuro utilizando los mitos cristianos. A esos mitos corresponde precisamente la construcción del perfil de Christian Rosenkreuz. De igual modo, las profecías y los profetas pueden ser un instrumento que predispone a los ciudadanos enfrentados a un ambiente milenarista de grandes cambios, y esa predisposición puede favorecer el curso de los cambios que la élite quiere imponer . Juan Valentín Andreas - tal vez el principal creador de los manifiestos - realizó estudios sobre la “Naometría”, una compilación de profecías escritas en al año 1604 por Simón Studion. Se trata de una cronología de acontecimientos importantes, a modo de predicciones que anteceden los avances históricos que aquellas élites de eruditos anhelaban en su camino hacia la nueva edad de oro. Concretamente, Studion señaló el año de 1620 como la fecha de la caída del Papa y del poder mahometano, lo cual era entendido como el fin de las grandes religiones monoteístas que habían dividido a la humanidad. Tal cosa no sucedió en la fecha exacta indicada por Studion, pero en 1618 comienza la guerra de los treinta años que arruinó el proyecto del Elector Palatino en Bohemia, animado por la expectativa del fin del milenio. La creencia en las profecías influyó negativamente en los mismos ideólogos que las promulgaron, intentando aprovechar su influencia en beneficio de sus ideales. Cabe destacar, a fin de cuentas, que las profecías en sí mismas también pueden ser un instrumento de control social que incide en el aspecto irracional del pueblo, e incluso en el de los principales jefes de estado. Igual en el siglo XVII que en el XXI, el pensamiento supersticioso y la necesidad irracional de anticipar el futuro sigue motivando a las sociedades impregnadas de milenarismo judeocristiano.
¿No es acaso demasiado difusa la línea que separa el supuesto pensamiento mágico, de la razón ilustrada y el positivismo que son la base filosófica de nuestra casi inmediata tecnocracia?. ¿Por qué las bases de la filosofía natural no hubieran existido sin una tradición de magia renacentista como punto de partida?. ¿Por qué fueron los magos, iluminados y profetas los creadores de unos sistemas de pensamiento que - con el devenir histórico - han forjado la ciencia moderna, la cual ha desestimado por completo a la tradición hermética de la que surgió?. René Descartes, durante sus andanzas en Bohemia, dijo tener sueños en los que se le reveló la importancia de las matemáticas a la hora de descubrir los secretos de la naturaleza. ¿Una revelación en sueños?. ¿ No estaría metaforizando, y realmente había adquirido esos conocimientos por sus contactos con las sociedades secretas cercanas al Palatinado?.


Francis Bacon, en su libro El avance de la ciencia, publicado en 1605, se quejaba del deplorable estado de la filosofía natural. Su trabajo intelectual se diferencia en muchos aspectos al movimiento rosacruz, aunque su conexión con el círculo de eruditos apadrinados por la reina Isabel es bastante conocida. En realidad, cuando hablamos de tradición hermética frente a filosofía natural y ciencia moderna, estamos aludiendo a los conceptos de esoterismo y exoterismo. La tradición hermética explora las estructuras psíquicas del ser humano con el objetivo de alcanzar un conocimiento místico, un laboratorio interior, una ciencia con conciencia que pueda crear la armonía entre el mundo celeste y el mundo terrenal. La filosofía natural que tanto preocupaba a Bacon era el primer ladrillo hacia una completa focalización de los esfuerzos en la materia, los elementos y los fenómenos del mundo físico. Paulatinamente, la modernidad quedó obnubilada por las maravillas tecnológicas que esa focalización le había proporcionado, y ya en el siglo XIX despreciaba a toda filosofía del conocimiento que no se ajustara a la perspectiva pragmática en la comprensión de los fenómenos estudiados. Los magos - químicos, médicos, tecnócratas, informáticos, biólogos, psicólogos y sociólogos - siguen siendo magos, pero ya solo en el ámbito terrenal, excluyendo el mundo celeste. Recordemos - atendiendo a las tesis ya expuestas en esta investigación, apoyados en el excelente análisis de la modernidad realizado por Hans Blumenberg - que la secularización en cierto modo crea su propio camino hacia la trascendencia. El propio Francis Bacon entendía el conocimiento científico como una iluminación, y su dios era un dios de luces. Su conocimiento procedía de la tradición hermética, pero se rebeló contra el secretismo iniciático, y criticó las mixtificaciones de la alquimia. En definitiva, quería democratizar el conocimiento científico, que éste fuera palpable y utilizable por toda la sociedad. Y comenzaron a crear artilugios tecnológicos que todos podían utilizar, reverenciar, invertir en ellos, hacer un comercio masivo de objetos y técnicas que se van acumulando en las universidades, en las industrias y en los hogares. Y crearon una civilización exclusivamente utilitarista y pragmática, ensalzan lo exotérico y tildan lo esotérico de puro fraude, herejía o superchería, tanto en el ámbito de la ciencia como en el de la religión oficiales. Y pensemos en la idea que consiste en considerar que solo hay un conocimiento que incluye mística y ciencia. John Dee lo sabía, por eso en sus exploraciones elaboraba un fascinante recorrido que abarcaba los mundos celestes, y también la matemática aplicada.¿Acaso los Magos utilizaron la filosofía natural para entretener a la sociedad de las masas, y ocultaron los conocimientos místicos en reducidos grupos de elegidos que conocen la dimensión trascendente de la existencia...y su aplicación inmanente a la Historia?. Sigamos con Francis Bacon. En otro de sus libros, La nueva Atlántida, tenemos una alegoría en la que describe una ciudad en un mundo perfecto, casi futurista, de un cristianismo basado en el amor fraternal, habitada por seres etéreos que conocen todos los idiomas del mundo, y envían mensajeros a la humanidad con la finalidad de ayudarla o de recabar información sobre el mundo. Sin duda son los mismos seres invisibles del mito rosacruz, lo cual nos hace sospechar que Bacon formó parte de alguna sociedad secreta, pues todos ellos - Juan Valentín, John Dee, Robert Fludd.... etc - comparten ese mismo corpus de arquetipos sobre seres invisibles y divinos que están ayudando a la humanidad en su camino hacia la nueva aurora. Cabe plantearse la cuestión de por qué parece que la humanidad no sabe progresar sin inspirarse en los mitos. O más bien, en una época de transición desde el viejo orden estamental y religioso surgido de la edad media hasta la modernidad ilustrada era necesario establecer el punto de partida en un mundo imaginario que se corresponde con la tradición todavía muy arraigada en el psiquismo de los hombres sabios del siglo XVII. En cualquier caso, la obra de Bacon y las proclamas de los manifiestos de la rosacruz comparten un objetivo común: volver al Edén original antes de la caída por el castigo de Yavhé. Es decir, recuperar la luz del mundo que la serpiente - Lucifer - les había otorgado con el fruto prohibido. Por tanto, cristianos en valores que defienden la caridad, la democratización de las riquezas y del conocimiento, y la fraternidad entre las naciones, estos eruditos iluminados también perseguían un fin considerado demoníaco en la misma tradición judeocristiana: un dominio y control absoluto sobre el mundo terrenal. No en balde, en Francia se les acusaba de realizar pactos demoníacos para poder perpetrar un plan de dominio universal. De hecho, se sabe que John Dee practicaba la llamada “matemática supracelestial” (también conocida como magia enoquiana) en la que conjuraba a los ángeles, seres de otro mundo (o demonios, según otras creencias) que le habían proporcionado el conocimiento necesario para el avance científico-técnico, según lo narrado en sus diarios espirituales. Todo esto nos plantea interrogantes de extrema gravedad, por la difícil aplicación hermenéutica que nos permita esclarecer esta transición en la historia del conocimiento, y por lo intrincado de estas extrañas creencias en las que el mundo de los arquetipos y de lo imaginario es el que inspira la creación de una metodología de las ciencias aplicadas. Volviendo a nuestros días, en el último siglo, la ciencia-ficción ha especulado con un mundo multidimensional, interconectado y plagado de seres inteligentes, etéreos y escurridizos que a menudo contactan con seres humanos. Lejos de este tipo de especulaciones, simplemente cabe subrallar el hecho de que hay un factor esencial y común en gran parte de estos movimientos iluministas: sus miembros fantaseaban con la convicción de que estaban en estrecho contacto con seres superiores procedentes de un mundo invisible. Y simplemente remarcar que si el sistema de “magia angélica” aplicado por John Dee le permitió alcanzar conocimientos científicos y prácticos, entonces dicho sistema es perfectamente válido, aunque hoy en día nos resulte difícil comprender su verdadera naturaleza. La misma Royal Society de Londres afrontó el imperativo de desestimar el conocimiento matemático de John Dee por estar vinculado a prácticas demoníacas, y así salvaguardar su proyecto frente a la caza de brujas perpetrada por aquellos que temían a la Luz de Lucifer. Dicha Luz proviene del milenario culto solar, el Astro Rey que ilumina el mundo natural y que en tiempos de la XVIII dinastía egipcia - la revolución religiosa y política de Akenatón - adoptó la imagen de Atón, el disco solar que reparte luz y vida. Es decir, buscar a Dios, llegar a Dios e igualarlo por medio del estudio de la naturaleza, y no por medio de la fe o la tradición escrita en libros sagrados. Conocer al creador a través de su creación. Para muchos, una forma de descubrir un Dios menor, demiúrgico, o de confundir a la naturaleza con la causa primera.

En fin, un conglomerado de utopismos en torno a una sociedad ideal en la que el conocimiento se expande y es accesible a todas las personas, y de ahí una globalización del bienestar. Y así llegamos hasta nuestros días del “estado del bienestar”, de naturaleza simplemente acumulativa, sin que podamos disfrutar de una profunda y verdadera globalización del conocimiento. Conocer no es acumular objetos e informaciones, estudios, trabajos e incentivos monetarios, una simple distracción que alimenta los mercados. Algo falló en esa búsqueda de la nueva aurora para la humanidad. Y en el siglo XVII algunos eruditos lanzaron la advertencia sobre el peligro de trabajar por el avance técnico-científico sin conocer exactamente el sentido y propósito final de ese plan. Obnubilados en el prodigioso método de transmutaciones en el orden material, olvidaron una reforma educativa y constructora de los valores éticos y espirituales. Por encima de cualquier otra apreciación, hemos visto cómo la sociedad moderna surgió de unos misteriosos movimientos intelectuales en la Europa del siglo XVII, pues misterio es la resolución sobre la cábala, la alquimia y la mística como dimensiones del conocimiento inspiradoras de la Razón ilustrada. Ante todo, tenemos la utilización del mito como una forma de promulgar cambios en la sociedad, o revoluciones en el estado global. Una táctica tan antigua como el género humano, como ya hemos indicado. Ahora, y para ir concluyendo este artículo, conviene fijarse en nuestro presente para comprobar la permanencia de dichas tácticas aplicadas a los problemas del mundo globalizado en los siglos XX y XXI. La orden rosacruz, la que fue inspiradora del mundo moderno, regresó disfrazada de postmodernidad a mediados del siglo XX, confluyendo con un movimiento global al que identificamos bajo el anglicismo New Age (Nueva Era). El aspecto más sensacionalista e impresionante de la New Age - y el de mayor calado en el pensamiento y la cultura popular de las últimas décadas - es todo lo concerniente a la ufología, el fenómeno de los contactados y las apariciones marianas. Si fijamos la atención en los rasgos caracterológicos de mitos postmodernos como el Comandante Ashtar, la Federación Galáctica, los Hermanos del Cosmos, las profecías de Fátima, los pleyadianos, y un largo etcétera en la interminable lista de sectas ufológicas o marianas que desde los años sesenta del siglo XX han disfrutado de una enorme cobertura mediática, veremos que son el mismo arquetipo que en el siglo XVII quedó representado en la figura de Christian Rosenkreuz, aunque adaptado a las circunstancias sociales y culturales de nuestra época. Del mismo modo, echemos un vistazo al contenido de los mensajes supuestamente enviados por estos seres extraterrestres y podremos comprobar de inmediato que los contenidos son prácticamente los mismos: advenimiento de una nueva era de Luz y fraternidad universal, surgimiento de una nueva religión mundial (y un implícito gobierno mundial), un nuevo conocimiento de Dios y del ser humano (el ser humano, en este caso, sufrirá una mutación biológica que lo elevará a un estado superior), anuncian la existencia de una fraternidad de seres celestiales - mitad entes físicos, mitad entes espirituales - que están vigilando los acontecimientos en el planeta Tierra a la espera de un gran cataclismo ( desde sus naves espaciales, invisibles a los aparatos tecnológicos de nuestros centros de vigilancia aérea) y animan a la población a que se prepare para un próximo gran acontecimiento que transformará la vida en el planeta. Si en el mito rosacruz Jesucristo era el referente espiritual que guiaba los pasos de aquella ficticia sociedad dedicada a la curación y la ayuda al prójimo, en estos mitos postmodernos Jesucristo se ha convertido en el Jefe de legiones de seres intergalácticos. El mensaje es milenarista en ambos casos, si bien en el movimiento New Age se enfatizan los aspectos apocalípticos referidos a un gran desastre mundial que motivará una evacuación de la población a bordo de naves espaciales. Sean quienes sean los ideólogos y los agentes que han creado el movimiento New Age - permitiéndole tan enorme cobertura mediática, y siendo prestidigitadores como Sixto Paz Wells, Bongiovani, Eugenio Siragusa, Rael, etc, simples instrumentos en manos de quienes los financian - han utilizado la misma táctica que en el siglo XVII utilizaron eruditos como Juan Valentín Andreas, los cuales estaban detrás de los manifiestos de la rosacruz. En cada Tiempo, un mismo arquetipo que se amolda a la cultura popular de la época correspondiente, con el objetivo de crear una determinada expectativa respecto al futuro. En el siglo XVII, el modelo eran las órdenes de caballería cristianas y unos mitos popularizados en las novelas de caballerías, tan en boga en aquella época. En el siglo XX, la literatura de ciencia-ficción, y luego a través del cine y la televisión, ha creado el marco de imaginería popular (alienígenas, abducidos, contactados) idóneo para atrapar las mentes de ciudadanos pertenecientes a cualquier estrato de la sociedad. Además de todo esto, es bien conocida la conexión entre el movimiento New Age y la Masonería. Y sabemos que muy probablemente la Masonería especulativa tuvo su punto de origen en el movimiento rosacruz del siglo XVII. Hemos hallado un hilo robusto y coherente que conecta todo este extraño fenómeno histórico , una Tradición Iluminista que se extiende a lo largo de cuatro siglos de pugnas, algunos fracasos y muchos éxitos en su afán por crear una sociedad global. Recordemos: las élites, intelectuales o políticas, siempre han utilizado los mitos para generar una determinada ideología entre el populacho. Pero la siguiente interrogación irrumpe inevitable: ¿no estaremos ante la existencia real de una sociedad secreta que ha ido dirigiendo a la sociedad europea desde principios del siglo XVII hasta hoy?. La posibilidad que apunta hacia una gran confabulación a través de los siglos no es muy descabellada a la vista de estos datos, pero es más factible y humanamente demostrable hablar de complejidad emergente, de intereses espontáneos que encuentran medios y expresiones similares en los avances de cada nuevo periodo histórico, de una pugna continua del ser humano contra ciertos aspectos de su propia naturaleza que no quiere admitir, o que necesita erradicar en pos de un mundo mejor. No son conspiradores contra la humanidad, sino - en todo caso - fraternidades que quieren imponer su particular imagen de un mundo perfecto, a pesar de ir en contra de la propia naturaleza que nos hace imperfectos, según nuestro sentir de pájaros que quieren ser algo más que pájaros.

Pero hay más. Teniendo en cuenta que el objetivo del movimiento rosacruz consistía en inaugurar una nueva era del conocimiento y una reforma social, y que durante los siglos XVIII y XIX, efectivamente, se produjo el fin de la antigua sociedad estamental, el surgimiento del estado liberal y el desarrollo del método científico, cabe ahora preguntarse si los movimientos milenaristas del siglo XX y los profetas de la New Age no estarán acaso anticipando lo que nos depara el futuro inmediato, puesto que son la ficción mediática que de forma gradual ha ido implantando en la sociedad el esquema de un proyecto en marcha. La nueva era anunciada por los voceros de la New Age tiene su correspondencia en el Nuevo Orden Mundial y financiero del que últimamente han hablado prestigiosos jefes de estado, expertos en diplomacia y economía, y hasta el Papa Benedicto XVI. Las soflamas del ecologismo referidas al espíritu de Gaia -tan frecuentes en los mensajes cósmicos del Comandante Ashtar y similares - se corresponden con la propaganda sobre el cambio climático, la necesidad de expandir el uso de energías verdes y el impuesto por la emisión de CO2. La idea de evacuar a gran parte de la población trasportándola en naves espaciales conecta con una de las mayores preocupaciones de la élite actual: el problema de la superpoblación en un planeta cada vez más escaso en recursos energéticos, además del excedente en mano de obra. Lo que subyace tras esta ficción es la necesidad de reducir la población mundial, necesidad subliminalmente promocionada mediante una atractiva historia de extraterrestres que vienen a salvarnos del colapso final. Por último, el mito de la supuesta profecía Maya que señala al 2012 como el año en el que se producirá un cambio trascendental en la historia del género humano sirve de perfecto catalizador que va preparando a la opinión pública de cara a grandes cambios en el orden social, ideológico, demográfico y económico que se producirán aproximadamente durante los próximos veinte años. Y estos aspectos del mundo actual - al margen de fantasías populares - son rigurosamente reales, puesto que analistas y jefes de estado nos advierten de estos problemas, con mayor o menor disimulo o delicadeza.


A la vista de este recorrido, resulta inquietante comprobar que los voceros milenaristas asociados a movimientos esotéricos y pseudomísticos pertenecientes al movimiento New Age llevaban varias décadas preparando a la opinión pública de cara a los grandes retos que ahora mismo son el pan de cada día, sumidos en una grave crisis económica y alertados ante la posibilidad de una pandemia de consecuencias imprevisibles a largo plazo. Queda, ante todo, el misterio sobre cómo operan estas élites a tan largo plazo, fabricando mitos que generan en el sentir popular expectativas de carácter milenarista, las cuales influyen en la configuración de nuestro futuro. Y quien sabe, haciendo que todos nosotros seamos parte de un plan desconocido e improbable. Como en aquella cita apócrifa atribuida a Winston Churchill y a la que suelen recurrir los teóricos de la conspiración llevados por su afán sensacionalista: Aquel que no vea que en la Tierra se esta llevando a cabo una gran empresa, un importante plan en cuya realización nos es permitido colaborar como siervos fieles, tiene que estar ciertamente ciego.
Una orientación adecuada para el lector sediento de respuestas puede ser este breve texto escrito por el sociólogo norteamericano Charles Wright Mills, seguramente mucho más cercano a la Verdad de la Historia:

La idea de que todo va a la deriva es, en gran parte, una proyección fatalista de la propia sensación de impotencia y quizá, si uno ha sido un hombre de principios políticamente activo, un alivio de la propia culpa. La idea de que toda la historia se debe a la conspiración de un conjunto de villanos fácilmente localizables, o de héroes, también es una proyección del esfuerzo que nos impone comprender cómo los cambios de la estructura en la sociedad abren oportunidades a las diferentes élites, y cómo las diferentes élites las aprovechan o las ignoran. Aceptar uno u otro punto de vista - toda la historia como una conspiración o toda la historia como algo sin rumbo fijo - es evitar el esfuerzo de comprender las realidades del poder y los caminos del poderoso.

domingo, 31 de mayo de 2009

Sospechar y volver sobre mis pasos



Ha llegado el momento de trasladar a la Teoría de la Conspiración desde la periferia hasta el centro. En primer lugar, hay que distinguir los significados al trasluz de cómo es el mundo moderno y qué pautas ha seguido en su desarrollo a partir del siglo XVI y su presente, del que nosotros somos testigos afectados por la incredulidad. La incredulidad es un consecuente de la educación y de la imagen que en torno al sistema hemos recibido desde la infancia. Dicha imagen consiste en esto: el mundo actual, es un mundo libre y democrático regido por intereses espontáneos, necesidades y mercados en el que todos podemos participar. La información también es de todos, por lo tanto no puede haber mucho más de lo que nos cuentan. Veámos, para empezar, en qué consiste mi definición de esta corriente de la Historia y sobre la que ya he disertado en anteriores escritos. Se trata de una energía de la Historia a la que he denominado con el término Perfectibilismo. Esta energía comenzó con el arte y la religión, en un momento de fuga del paraíso, cuando el humán levantó su mirada hacia las estrellas por primera vez y su conciencia le dijo: ¿Es esto todo lo que puedes llegar a ser?. Ésta es una conspiración inconsciente, abstracta, implícita en la deriva natural de la civilización, la cual engloba a la mayor parte de los individuos que la forman. No hay nada ( o casi nada) oculto ni secreto, al menos desde la irrupción del cristianismo, germen resolutivo de nuestra modernidad al producirse un fenómeno sincrético entre éste y el mundo clásico. Pero hay otra vertiente de la conspiración y es la que todos conocemos por su carácter supuestamente ahistórico y sensacionalista. Es la que nos llega desde la periferia como una actualización de la idea de predestinación en la grecia arcaica (y en otras civilizaciones de la antiguedad), la cual entendía a la humanidad como un tablero de ajedrez al servicio del capricho de los dioses olímpicos. Se trata de una conspiración explícita, concreta, inspirada y alentada en la consciencia de unos pocos elegidos que van trazando su plan en secreto, y el común de los mortales son simples marionetas que permanecen ignorantes a los movimientos profundos de la Historia Global. Es decir, un planeta entero sometido al control de un puñado de seres elitistas. El ansia perfectibilista también cabe en la comprensión de esta vertiente subterránea, pero en este caso solo como ingrediente especulativo. Lógicamente, la idea es tan espectacular y siniestra que cualquier postura razonable no podrá aceptarla y deberá someterla a un análisis sociológico. Las leyendas urbanas son un cauce útil si queremos aproximarnos a la comprensión del colectivo humano. Sin embargo, el signo de nuestro tiempo nos obliga a mirar de otro modo. Esto requiere un análisis más pormenorizado y lo dejo para otro momento, pero debo decir que estamos en una época conclusiva, como otras épocas conclusivas que han existido en siglos anteriores. Me refiero a que estamos en un tiempo presente que colinda con la ciencia-ficción antropológica, en concreto con la eclosión tecnológica que llega a un máximo objetable de expansión y desarrollo del potencial humano, plenitud de las consignas culturales avanzadas en el campo técnico. Después de las dos revoluciones industriales, de dos guerras planetarias, y de la reestructuración social resultante, estamos a unos pocos pasos de ver acontecimientos que ahora parecen increíbles. La idea de criptocracia (término acuñado por Pauwels y Bergier en Le matin des magiciens ) encuentra su perfecta coherencia en la eclosión tecnológica. El fin de los tiempos puede ser la realización de sueños arcanos mediante la técnica. Sueños, ideales, Dioses en la tierra...Fijémonos en este fragmento del libro La legitimación de la edad moderna, de Blumenberg:

El peligro de esta idea hiperbólica del progreso (progreso ilimitado) es la necesaria decepción que tendrá que experimentar cada individuo en el contexto de la historia general , al verse obligado a aportar su trabajo en aras de un futuro del cual él ya no podrá disfrutar. Pese a todo, la idea de progreso ilimitado cumple también una función protectora para los individuos y generaciones que aparezcan en la historia. Pues si hubiera un fin definitivo inmanente a la historia, aquellos que creen saberlo y pretenden alcanzarlo se considerarían legitimados a utilizar a todos los otros ,que ni lo saben ni lo pueden realizar, como meros instrumentos.

El fragmento ejemplifica la integración de las dos vertientes, la efectivamente perfectibilista e implícita (progreso ilimitado como transposición secular del mundo trascendente) y la esotérica-especulativa referida al grupo minoritario de privilegiados que maneja sin escrúpulos a la mayoría ( iluminados que perpetúan el sueño mediante un legado secreto que es depositado generación tras generación. ¿La idea de un progreso ilimitado es tan poderosa que puede sostener una conspiración durante siglos? ). La Verdad quizá esté en la intersección clave dada entre estos movimientos iluministas. La milenaria corriente abstracta del perfectibilismo tal vez se hizo concreta en estos grupos clandestinos que -durante los siglos XVII y XVIII -trabajaron para descubrir los secretos de la naturaleza. Son, efectivamente, humanos que desafían a Dios. El tablero de ajedrez arcaico era la épica imaginada de un potencial que esta esperando a el nuevo orden de los siglos para su realización. La mente humana nunca hubiera creado el mito de la comunicación a distancia si fuera incapaz de inventar el teléfono. Los viajes espaciales existen porque hubo profetas y místicos que ensoñaron vuelos siderales. Nunca habríamos creado dioses sin aspirar eficientemente a parecernos a ellos. En verdad parece que en esta planeta se esta llevando a cabo un plan desde hace siglos. Ahora bien, si observáramos el comportamiento y evolución de distintas bandadas de pájaros pertenecientes a una misma especie veríamos que sus comportamientos (sistema de alimentación, hibernación, migraciones, forma y sentido de sus vuelos) son bastante similares y predecibles generación tras generación. El desarrollo de la vida animal sigue el patrón básico desde un plan biológico (genoma) que interactúa con las variables ambientales. No hay nada de particular ni extraordinario. Si estos pájaros, un día de repente, empezaran a soñar con ser algo más que pájaros, dicho plan superaría los patrones hereditarios (es decir, trascendería la contingencia y el instinto) y cobraría una dimensión siniestra. Ya no sería un plan implícito en el orden natural de las cosas. El ser humano, dotado de conciencia histórica y del sentimiento de autoafirmación, puede llevar sus aptitudes y su inteligencia a rincones inesperados y peligrosos. Sobre todo si dicho plan es pactado con letras de oro, representado con marcas de fuego y auspiciado mediante secretos velados en salones de lujo, correspondencia, símbolos esotéricos y sacralidad.

sábado, 30 de mayo de 2009

Una inquietud para empezar de nuevo (¿Conspiranoia o Conspiración?)

La inquietud indefinida que me inspiró a comenzar la escritura de este cuaderno tiene una raigambre social y del momento. No soy agorero, tan solo he fijado mi atención en un paisaje arrebatador. Hay que situarse en el ángulo óptimo y decidir cómo actuar ante lo que se avecina. ¿Qué papel quieres jugar en un mundo que te obliga a elegir con el inevitable sacrificio que ello supone?. Si no lo está haciendo todavía, espera al momento en que no puedas escapar a la encrucijada. En épocas de crisis, es lógico que las conspiraciones estén a la orden del día. Nuestro patrón psicológico necesita configurar causas, efectos, identificar culpables, marchar hacia la revolución. La vena sensacionalista que lo comprime todo es evidente. Pero, en verdad, la cuestión esta en boca de mucha gente, y veo en la red internauta un panorama atosigador, por mucho que yo quiera afianzarme en la convicción de que cierta forma de Gran Conspiración no es otra cosa que una leyenda urbana, contrariamente a la Gran Conspiración (teorética, energética y abstracta) que yo respaldo desde la tesis central que motiva mi trabajo en este cuaderno. La cuestión planteada es ésta: ¿existe un conglomerado de sociedades secretas o grupos ocultos que rigen el destino del mundo desde la sombra?. A modo de síntesis, una respuesta afirmativa supone simplificar y/o sesgar la dinámica histórica de facto, una teorización que plantea más problemas de los que resuelve. De todas formas, la investigación esta en marcha. De momento considero que la corriente conspiranoica es buen material periférico (el mejor underground) para escribir ensayos o novelas de ciencia-ficción. Y, como dije al inicio, para explorar o rastrear la esfera social que busca respuestas ante las turbulencias del tiempo inmediato. Si lo que nos interesa es la historiografía y el rigor, debemos saber que los voceros de la conspiranoia sirven al sensacionalismo, simple y llanamente. Escritores alucinados, títeres de no se sabe quién (atención al esperpéntico caso de Rafael Palacios y su revista Jaque Mate) plagiadores, paranoicos, soñadores que se dejan llevar por una cierta fascinación por el mal. Internet es una verdadera casa de locos en relación a esto. Llevo meses investigando fuentes y escritores sobre el tema con la finalidad de encontrar algo decente. Se preguntará el hipotético lector: ¿ pero es que acaso hay gente cabal, formada y equilibrada que respalde la teoría de la Gran Conspiración?. Imposible asegurar una respuesta positiva, pero sí, parece que la hay. Y, además, individuos que dicen tener información de primera mano. Individuos que escriben en su blog sin ánimo de lucro y con una sesuda intención de advertir y despertar a la sociedad ante lo que está pasando en el mundo. El texto que reproduzco a continuación fue publicado el 29 de mayo del año 2008 (pueden encontrarlo en esta dirección: http://iberaldea.es/blog/?p=69 ). Es valioso por su clara disertación sobre cómo opera el poder económico mundial, porque también clarifica en parte la actual crisis económica y por su cumplida predicción de esos primeros estallidos de la crisis que sucedieron en agosto y septiembre de ese mismo año. Ello enciende la sospecha sobre la veracidad de los supuestos confidentes y la información a la que accedió el autor respecto a una nueva gran guerra cuyos contendientes son escurridizos pero que claramente dejan al ciudadano medio y a la cada vez más mermada clase media en el ojo del huracán. Cójanlo con pinzas y léanlo con inquietud y terror, concretamente al llegar a los últimos párrafos:



Es el tema que está en la boca de todos: CRISIS ECONOMICA. En las calles, en el trabajo, en los bares y cafeterías se comenta lo caro que se ha puesto todo, lo que nos cuesta llegar a fin de mes, el paro que no cesa de aumentar, que las ventas de viviendas han caído en picado, que ya no se venden coches, que la gasolina y el gasoil se están poniendo por las nubes. Y es que estamos viviendo una desaceleración económica, algo así como un frenazo al alegre ir y venir del dinero. Y cuando se pisa el freno en economía inmediatamente salen de sus escondites los fantasmas del paro, del encarecimiento de los productos de primera necesidad, la congelación de salarios y las bancarrota.

Las crisis económicas o épocas de recesión son muy normales en el sistema capitalista, de hecho forman parte de ese sistema. Sin recesión no hay expansión; expansión y recesión han de sucederse como lo hace el sístole y el diástole de un corazón para mantenerlo con vida. Si echamos la mirada a un pasado no muy lejano y enumeramos los procesos de recesión económica que hemos tenido la desgracia de vivir, observaremos que estas han sido al menos cuatro en los últimos 30 años. Conocidas son las del 76-79 y la del 83-86, después de estas dos que para nosotros fueron especialmente pronunciadas ya que pasábamos de un sistema de gobierno dictatorial a una monarquía parlamentaria, vinieron otras que no lo fueron tanto, en el 90 comenzó otro proceso recesivo suave que apenas duró dos años y después, a mediados de los 97-98 otro que tampoco duró excesivamente ni fue pronunciado. Parecía que a comienzos del milenio se nos echaba encima una gran recesión mundial pero, tras los conocidos sucesos del 11S en New York comenzó una era de crecimiento que desde EEUU se contagió a todo el Primer Mundo (Esclavonia, es decir: el tercer Mundo, siempre estuvo fuera de estos ciclos). Desde el 2001 hasta mediados del 2007 hemos tenido un ciclo de expansión largo (normalmente los ciclos de expansión raramente superan los cuatro años).

Todo el mundo se ha sentido muy eufórico en estos años, gastando y contrayendo numerosas deudas para adquirir bienes de consumo, especialmente viviendas. Las constructoras no han parado de construir y la gente en comprar más y más casas. Desde el principio del boom inmobiliario (año 2003) se observó cuan productivo era comprar un piso para revenderlo un año o dos después. Las ganancias eran superiores a las que se generaban jugando a bolsa. El negocio era tan rentable que, a finales del 2005 se estimaba que cerca de 600.000 personas se estaban dedicando a la compra-venta de viviendas. Simplemente se estaba especulando con la vivienda y como el precio subía de día en día, la gente se lanzó a adquirir lo antes posible para comprar al precio del momento temiendo que meses después esa misma vivienda de sus sueños valdría decenas de miles de euros más como acababa sucediendo. Todo esto estaba sucediendo de una forma planificada en otras naciones, como los EEUU, Inglaterra, Irlanda, Italia, etc. Los grandes inversores habían encontrado un filón de oro y lo estaban explotando sin miramientos. En toda esta espiral especulativa no debemos olvidar el motor que la impulsa: los bancos, cajas y entidades financieras. Para producir esta aberrante locura que ha alimentado la más brutal de las especulaciones se ha hecho necesario dar hipotecas casi a cualquiera que las pidiera y que diera unas mínimas garantías. Por supuesto la especulación es una práctica permitida por todos los gobiernos que se han vendido a las grandes oligarquías del dinero. Ellos ya se encargaron previamente de controlar a los políticos y que estos después han aprobado toda clase de leyes que han permitido estos desmanes económicos. Con leyes que prohiban la usura y la especulación, por ejemplo, esto no hubiera ocurrido en absoluto. Sin embargo, promulgar leyes de este tipo van en contra del libre comercio internacional ¿te has preguntado porqué? Para vender viviendas en esta orgía de compras desenfrenadas se ha acabado construyendo más de lo que el mercado realmente necesita. Hoy se sabe que son cerca de un millón de viviendas las que sobran en este país. El resultado de todo ello es que, acabado el pantagruélico festín especulativo de la construcción, quedan los restos del banquete, cientas de miles de viviendas que no podrán ser vendidas por que no encuentran comprador. Y no se compran por que se han puesto a precios increíbles para el que realmente las quiere para vivir (no especular) y porque la banca no las va a financiar a no ser que se presenten toda clase de garantías. Esto tiene que dejar claro a todo el mundo que el boom inmobiliario era una cuestión especulativa que apenas tenía que ver con las necesidades reales de la población.
En los últimos cinco años he hablado mucho de economía, me han invitado incluso a hacerlo en un Congreso y en todo este tiempo he aprendido muchas cosas. Quizás la más importante para mí fue descubrir el completo desconocimiento que la mayoría de las personas tienen sobre Economía. Ante semejante incultura es muy fácil que surjan toda clase de delincuentes que se han aprovechado de nosotros. Eso es lo que ha ocurrido sobre todo en los últimos cinco siglos. En el otro lado están los “doctorados” en económicas, muchos de ellos auténticos ignorantes ilustrados. Con esta especie he tenido que lidiar en algunas ocasiones aunque ahora simplemente los ignoro, tal y como ellos hacen conmigo y con casi todos los mortales. Claro, viéndonos desde el Olimpo Académico en el que habitan les debemos parecer poco menos que insectos que a veces molestamos tanto que nos fumigarían con veneno ¡Cuanta prepotencia la de algunos de estos “dioses del intelecto”!. Ahí siguen, asesorando a bancos y cajas, a grandes y pequeñas empresas, a particulares que invierten en bolsa. Conocen bien como funciona el juego, de eso no me cabe duda, y también han aprendido a callar cuando deben y a actuar con toda la hipocresía que les caracteriza repitiendo ante el populacho la misma retahíla de siempre. Debería enseñarse economía a todos los niños desde temprana edad, pero no esta economía caínita que se practica ahora, sino la verdadera economía. Entonces sería posible comenzar a plantar cara a estos desaprensivos parásitos y depredadores del prójimo.
Bien, si ellos no se atreven a decirlo, yo, que no tengo título ni cátedra que defender ni amo al que obedecer bajo pena de perder sueldo y privilegios, puedo hablar bien alto y afirmar que el sistema capitalista funciona impulsado por épocas de expansión económica y de recesión. Las épocas de expansión económica se producen gracias a que se inyecta dinero en el sistema y las de recesión aparecen cuando el dinero ya no es inyectado. Es así de simple. ¿Quién y cómo se inyecta dinero al sistema? Fácil, el dinero lo crean los bancos en el momento que nos conceden a cualquiera de nosotros un préstamo. ¿Quién y cómo se retira dinero del sistema? Pues los mismos personajes, dejan de dar préstamos y se dedican a recoger el dinero prestado más intereses. ¿Es tan sencillo? Si, es así de sencillo. Todo lo demás, es el gran escenario que a modo de laberinto sin solución se ha creado en torno de esta simple verdad. Este escenario es como un gran velo que se nos ha puesto a todos en los ojos.

Hace dos años (2006) dije a algunos amigos que comenzaba una nueva recesión. Intrigados porque estuviera tan seguro me interrogaron que porqué pensaba que se acercaba un período de recesión:
- es lógico - les dije - he escuchado que ya no dan hipotecas a cualquiera y eso sólo significa que se ha dado la orden de cerrar el grifo.
-Já!, eso no es motivo suficiente, seguramente no tenían los avales necesarios - me comentó uno de ellos, a lo que yo añadí - creeme, antes daban esas hipotecas casi a cualquiera y ahora ya no -. El tiempo ha acabado dándome la razón, y no soy adivino, sólo he utilizado la inteligencia y la experiencia acumulada a lo largo de la vida para llegar a esa conclusión. De todos modos, el sistema era insostenible, simplemente la gente ya no ganaba más de lo que tenía que pagar de hipoteca y, desde luego iba a necesitar el sueldo de su pareja para pagar el resto, es decir: las letras de los coches, la VISA, los préstamos personales, la comida de cada día, la ropa, y poco más. Observando esto era suficiente como para deducir que el juego especulativo estaba llegando a su techo. Es como ocurre ahora con el petróleo, la gente lo sigue pagando y la subida del mismo no ha sido para los europeos del euro tan importante como para otras naciones gracias a que nuestra moneda se ha apreciado con respecto al dólar en la misma proporción que ha subido el barril Brend. Sin embargo, se tocará techo a partir del cambio 1,62 $ por euro y entraremos en zona roja cuando alcance 1,69 $. Es pura matemática, después de ahí necesariamente la gasolina y el gasoil subirán de 20 en 20 céntimos hasta alcanzar 1,60 o más a finales de este año. Si el año pasado nos gastábamos una media de 100 € en ir al trabajo, ahora serán casi 180 €. Y, hay que tener en cuenta que el petróleo mueve esta sociedad y todo va a subir en una proporción nunca antes vista.
Pero esta recesión económica es de las que denomino RECESION DEPREDADORA (ha habido otras antes). Este tipo de recesiones que se producen invariablemente cuando el ciclo de expansión ha sido especialmente largo como es el caso de este (2001-2007). Llevados por la euforia de este prolongado ciclo de bonanza y de consumo, las empresas se lanzan a grandes aventuras y proyectos animadas por la concesión de créditos fáciles, olvidando la regla número uno del sistema capitalista. Cuando se produce el cierre del grifo, estas grandes empresas parecen tener unos sólidos cimientos, pero no es así. Lo que tienen es grandes deudas contraídas que están obligadas a pagar y con intereses. Y el grifo del dinero ha sido cerrado para casi todos, así que no se vende ni se hacen grandes negocios. Pronto tienen que declararse en bancarrota y es entonces cuando son presa fácil para los depredadores. Estos las compran a precio de saldo y absorben sus infraestructuras y bienes inmuebles, el verdadero valor tangible de las mismas, el fruto del duro trabajo de muchas personas. Los ciclos prolongados de expansión sirven para zamparse grandes conjuntos de empresas.

Es absurdo creer que estas CRISIS económicas son ocasionadas por cuestiones de mercado y producción. Son CRISIS financieras. ¿Qué es una crisis financiera? La que es provocada por el flujo del dinero en un conjunto social. Una crisis económica especialmente grave sería aquella que se manifiesta porque se han producido, por ejemplo, grandes catástrofes meteorológicas que han acabado con numerosas cosechas. Ello produciría escasez de alimentos y, por lo tanto el precio de los alimentos subiría en proporción a la demanda. Las crisis de dinero son también graves porque arruinan empresas y aumentan la desocupación, desaceleran el consumo y ocasionan presión fiscal (hay que pagar el subsidio a numerosos parados y hacer frente a numerosas quiebras).

¿Qué pasaría si unimos a una crisis financiera una crisis de suministros? Pues eso es lo que se está experimentando ahora. Nunca se ha producido más petróleo que en la actualidad. En solo siete años se ha doblado a nivel mundial la producción del preciado oro negro. Este año también se va a tener una producción global récord de trigo (más del 8%). La cosecha de arroz va a superar a la de años anteriores en un 2,3%. La FAO afirma que la producción de alimentos aumentará en el conjunto mundial en torno a un 3%. No obstante ¡Hay escasez de alimentos! y también ¡de petróleo!. ¿Qué está pasando?. Es sencillo… Como decía un conocido broker neoyorkino “hay que seguir la ruta del dinero”. El dinero que han ganado a mares los de siempre ha de dirigirse hacia algún bien que luego quieran poseer los borreguitos (ellos ya se encargarán de que los deseen con locura y paguen por ello lo que haga falta)… y los borreguitos necesitan gasolina para sus coches, para disfrutar de las muchas comodidades que tienen en sus casas y sobre todo, comida… Así que estos mal nacidos están comprando bienes de primera necesidad a meses vista, incluso a un año o más, para especular más adelante con ellos. Eso se llama preparar el siguiente ciclo expansivo (para ellos claro) en el cual, simplemente van a intentar ganar en este Gran Juego. ¡Lo quieren todo y lo quieren ya!. También saben que es cuestión de años que los borreguitos empiecen a despertar en masa y decidan lincharlos y acabar de una vez con esta locura que solo ha traído sufrimiento y dolor a miles de millones de personas.

Analicemos lo que está sucediendo: están comprando petróleo, comida (en especial cereales que pueden ser almacenados durante años), oro, cobre y otras materias de primera necesidad. ¿Porqué?… Pensad. Los pozos petrolíferos de todo el mundo están produciendo a pleno rendimiento y no obstante el precio del petróleo sube. La causa de esto está en que grandes corporaciones están comprando el preciado oro negro a un año y medio vista y pronto lo harán a dos años. Es decir la producción de hoy mismo ya fue vendida hace meses a alguien. Si quieres comprar petróleo mañana mismo porque lo necesitas ya no tendrás más remedio que recomprárselo a alguien que ya lo haya adquirido con anterioridad.

Corre un rumor por las altas esferas del poder, es un secreto que poco a poco se va filtrando y que algunos ya conocen a la perfección. Se rumorea que se acerca otra gran guerra. Pero ¿cómo? ¿quién nos va a atacar? ¿Bin Laden? ¿Los chinos? ¿los alienígenas?… No, las guerras ya no las hacen las naciones y sus gobiernos. Tampoco los terroristas. Las guerras son planeadas por la Gran hermandad de oligarcas que controlan el mundo y, creedme, la guerra es un gran negocio, de hecho es el negocio por excelencia. Lo fue en el pasado y lo es en la actualidad. El rumor apunta a que en agosto o septiembre comenzarán los primeros fuegos de artificio. Espero que solo sea un rumor, aunque los confidentes suelen estar bastante bien informados. Esto explicaría porqué están acaparando provisiones de petróleo, de alimentos y de materias primas, además de oro. ¡Qué lástima! el marioneta de Solbes, uno de esos economistas ilustrados de los que hablábamos líneas arriba, ha vendido buena parte de nuestras reservas de oro. Según él de nada nos servían y presionado por sus amos (la Hermandad) las ha puesto a la venta. Los lingotes dorados volaron de sus manos y en cuestión de horas el oro de la reserva nacional ha pasado a manos de especuladores.

Estemos atentos a lo que va a suceder en los próximos meses y años, no ya en el plano económico y social sino sobre todo con nuestras mentes y almas. Pues están poniendo en marcha desde hace años tecnologías de manipulación mental con el propósito de acabar con la poca voluntad que nos queda.


Pero no nos pongamos apocalípticos, no estamos solos y el mal no vencerá, al menos no eternamente. Todo esto nos ha animado, a mi esposa y a mí, a llevar adelante un pequeño huerto en lo que antes era jardín. Hemos plantado de todo, lechugas, pimientos verdes, rojos, de piquillo, girasoles, judías, berenjenas, tomates de rama y cherry, fresas, frambuesas, ajos, cebollas… Es una gran satisfacción y algo muy hermoso recoger estos frutos que has ayudado a crecer con tanto amor. Te los comes en un acto ritual, dándoles las gracias por entregar su energía para proseguir el ciclo de la vida en otro ser. Y pienso que esta es la verdadera ECONOMIA, la que nos ofrece la naturaleza fruto de nuestro esfuerzo y dedicación o la que surge del espíritu creativo del artesano y del artista, o la del sabio que instruye a sus semejantes… lo demás es un inmenso engaño y una transgresión de las leyes universales y humanas.



Y desde otro hilo de la misma fuente, una precisa descripción de dónde estamos ahora, siempre y cuando el autor de estos textos inquietantes sea alguien distinto a los habituales paranoicos, y entonces podemos detenernos durante una temporada a pensar qué camino vamos a elegir. Y, en fin, ¿vivimos realmente en El Gran Engaño?. ¿La Gran Conspiración es una energía de la Historia, inconsciente pero imparable?. ¿O es, realmente, algo inmediato, tangible, concreto y aterrador?:


...Esta sociedad es fruto de una Gran Conspiración y, hasta este axioma quiere ser vilipendiado y pervertido en su sentido. Tanto es así que, todo lo conspiratorio está de moda como si de una nueva mancia esotérica se tratase. Nuevamente vemos como la ley de crear el caos para después imponer el orden se aplica también en este caso. Miles de conspiraciones salen a la palestra con la finalidad de que la verdadera Conspiración acabe mezclada con temas que a la gente les crea aun más incredulidad y devalúan a los que de verdad trabajan por denunciar lo que está sucediendo. ¿Cómo vamos a presentar esto mezclado con marcianitos, con profecías que nunca se cumplen de Confederaciones galácticas y con otras historias que difícilmente la razón más abierta podrían sostener? Aviso importante para quienes se abonan a toda clase de conspiraciones: mucho de lo que se dice y afirma está ahí para engañarnos y muchos de los que las divulgan ganan buenas sumas de dinero por hacer su trabajo. Es cierto que existe una Gran Conspiración pero, el modo de contrarrestar la validez de los planteamientos de quienes las denuncian es llevando a cabo campañas de desinformación. Internet está plagado de desinformación. Cuando ciertos personajes comienzan a hablar de marcianitos y seres grises grotescos (me pregunto porqué los extraterrestres tienen que ser seres sombríos, maléficos y endiabladamente feos ¿acaso no los habrá bien guapos y apuestos?), de reptiles disfrazados de seres humanos y cosas por el estilo, nos encontramos con grotescos añadidos a una Conspiración que, de por sí, no necesita de estos adornos carnavalescos. Estamos denunciando una Conspiración cuyos objetivos son muy simples: tenernos dominados y controlados mientras ellos hacen lo que les viene en gana, incluso jugar a lo grotesco y a la infamia de desafiar a Dios. Son un reducido número de grandes psicópatas muy inteligentes – como lo son casi todos los psicópatas -, increíblemente informados, que siempre juegan con ventaja y que conocen muy bien las debilidades humanas. Cuando la Conspiración es adornada con elementos totalmente salidos de madre comienza el trabajo de la desinformación y esta hace más daño que bien a la causa que muchos de nosotros estamos llevando a cabo desde hace décadas. Observad como youtube está llenándose de imágenes falsas de avistamientos UFO, de cómo se nos presentan ex-illuminati diciéndonos cosas que ya sabemos y dando detalles que no revelan nada nuevo ni permiten meter en la cárcel a ningún implicado. Nadie, repito, nadie dentro de la Hermandad habla a no ser que se le ordene hacerlo. Si alguno denunciara algo sobre la Hermandad sería eliminado inmediatamente. Es una de sus reglas, así que no hagamos caso a semejante personajes.
Queremos tener una existencia digna y no lo que nos ha tocado vivir pero no hemos de olvidar que estamos en esta situación porque hemos decidido rendirnos e hincar las rodillas en el suelo. Es decir, no nos resistimos ante lo que está sucediendo y ello nos convierte en cómplices. Nos quejamos día tras día de las injusticias que acontecen en todo el mundo y denunciamos que la culpa la tienen los políticos, los ricos, los grandes trust empresariales, los poderes fácticos, las mafias, los corruptos, pero casi nunca nos señalamos a nosotros mismos. Es muy fácil criticar y denunciar y muy difícil decir ¡basta! Y organizarse y presentar batalla. No se trata de una mera protesta, de una manifestación, de un boicot organizado contra determinados estamentos de poder político o económico. Todo esto ya se ha hecho antes y no ha dado demasiados resultados. Necesitamos una acción contundente, organizada, una rebelión orquestada desde una plataforma que ha trabajado durante cierto tiempo preparándose para tal fin.

Adolecen de ingenuidad quienes piensan que manifestándose en masa y exigiendo pacíficamente conseguirán algo ante todo ese conjunto de sinvergüenzas que controlan nuestros destinos. Deberían saber previamente que ellos llevan mucho tiempo haciendo lo que hacen y, por tanto, saben muy bien como contrarrestar cualquier tipo de ataque contra sus intereses. Tienen métodos y soluciones para cualquier tipo de crisis que se les presente. Controlan los medios así que podrían minimizar el impacto de una manifestación de grandes dimensiones. Tienen capacidad para doblegar sutilmente el idealismo y las buenas causas que animaron a los cabecillas para conseguir llevar a cabo esta acción. Pueden, amablemente, reconducir sus aspiraciones de tal modo que al final parezcan justo lo contrario. Pueden comprar a quien quieran porque saben que todo ser humano tiene un precio. Les encanta comparar a los líderes que promueven revoluciones sociales. Para ellos es una gran satisfacción ver como cualquiera de ellos traiciona a los suyos y a la causa que defiende por unas cuantas monedas de oro. Y si no fuera así, utilizarían métodos coactivos más enérgicos. Buscarán los puntos débiles y atacarán sin compasión. Y si todo falla, los harán desaparecer mediante la muerte o el secuestro.
Nuestro enemigo es muy poderoso y se reiría de acciones de este tipo. Se necesita organizar algo clandestino, una gran nación dentro de la nación, una facción disidente de sus propios ciudadanos haciendo realidad un modo alternativo de sociedad. ¿Pero que tipo de sociedad será esa? En mi opinión se ha de desarrollar una sociedad paralela que no sea radicalmente diferente pero si que se diferencie en una serie de aspectos que son vitales y fundamentales para seguir adelante con esta alternativa. En primer lugar se trata de dejar claro una cuestión: la sociedad globalizada actualmente imperante no tiene otro destino que sucumbir y desaparecer. No hay nada en ella que merezca la pena salvar excepto a quienes han decidido abandonarla a su destino y comenzar a construir un flamante orden social. Cualquier iniciativa de cambio sustancial dentro del campo de la actual sociedad no sólo es un vano esfuerzo sino que, reforzará a la larga al sistema imperante. Vean el caso del movimiento ecologista, como ha sido absorbido por este y reconvertido en un instrumento más de explotación política y económica. Se habla de avances cuando se habla de la liberación de la mujer cuando se ha utilizado todo este movimiento para incluir a cientos de millones de esclavas a la cadena de producción de fábricas y negocios. Se ha fomentado las libertades sexuales después de siglos de opresión en este sentido para vulgarizar el sexo y fomentar ambigüedades en las relaciones parentales. El sexo es un arma formidable de control, quien sabe utilizarlo controla a las masas. Y así podemos proseguir analizando muchísimos aspectos de ese loado progreso y evolución del que tanto se jacta este Monstruoso Leviatán Social. Nuestra sociedad, eso ha de quedar claro, no está evolucionando sino que está cercana a su debacle. Y ese desmoronamiento anunciado, ese Apocalipsis profetizado a los cuatro vientos es la única esperanza que nos queda a los que aun mantenemos alguna fe en la humanidad. Sólo de un mundo en ruinas va a ser posible construir algo nuevo, algo que nace con nuevas raíces y nutrido por hombres libres de las ataduras que les han impuesto otros. Y mientras llega ese tiempo, nosotros, los que hemos despertado de entre los muertos en ese día del Juicio que antecede al Final de los finales, habremos creado una nación invisible que se manifestará ante todo como una alternativa de vida futura.
Iberaldea se mueve en esa dirección mostrando los ideales ibéricos y el modo de vivir de nuestros ancestros, mucho antes de que todo cayese en un estado de franca trasgresión. Mostrará sin miedo a críticas como se han hecho intentos de cambiar esta situación en tiempos no muy lejanos y que, siempre que se han levantado las gentes movidas por el impulso que anima sus corazones se han producido prodigiosas victorias sobre nuestro enemigo. Es hora ya de ponernos en marcha sin más dilación y dejar de esperar a que cambien las cosas por arte de magia. Dios seguramente nos ayudará, pero será en la medida en que nosotros hagamos algo al respecto. Si no somos capaces de sacrificarnos por esta Causa no somos merecedores sino del triste modo de vida que llevamos. La batalla comienza en nosotros mismos, en nuestro entorno más cercano y querido. Para actuar y hacer algo no necesitamos arroparnos con la fuerza de las masas. Las masas siguen a quienes destacan de entre ellos. Hazte luz y se consecuente con lo que defiendes y tus semejantes comenzarán a escucharte, a respetarte y finalmente a seguir tu ejemplo. Esta es la mejor propaganda y lo que más teme nuestro enemigo: la Fe en nosotros mismos. Si hay Orden en ti mismo el Caos no tiene nada que hacer. Hay que centrarse en un solo objetivo, claro, conciso y contundente. Eso nos hará seres con una férrea voluntad. Debemos aparcar nuestros egos, deshacernos de su nefasta influencia y buscar el cooperativismo entre nuestros semejantes, así evitaremos los personalismos que nos dividen y nos impulsan a estar en constante disputa los unos con los otros. El Caos irrumpe poderoso sobre cualquiera de las fisuras que se abren en el Orden natural, hay que combatir, combatir y no cesar de hacerlo.






Fuente: http://iberaldea.es/blog/

sábado, 21 de febrero de 2009

¿Hacia la eclosión del perfectibilismo?



La Historia se ha sostenido en un orden de acción cíclica. Los tiempos de la humanidad brotan con las sucesivas generaciones y siguen unas pautas marcadas por incesantes conflictos. Desde su génesis biológica, la conciencia del humán cobró la forma y el hálito de la criatura silvestre en pugna contra un caos que seguía su propio curso; la naturaleza es refugio y campo de batalla. El ser humano, siendo parte de ese tejido vital, percibió la dualidad definida en su integración con los ritmos de la naturaleza frente a su potencial transformador. La batalla por vivir en el mundo dio paso a una batalla contra el mundo. Empezó a sustituir la caótica armonía del curso natural - su paraíso edénico, la aceptación terrenal de la existencia - por un nuevo orden surgido de su creatividad, de origen demiúrgico. La creación nació como tal, y el tiempo de la naturaleza se convirtió en el tiempo humano, el tiempo de Dios. La dolorosa ensoñación de los milenios. A partir de aquella inflexión prehistórica, comienza el permanente intento de crear un nuevo orden que pretende alcanzar su realización a escala global en este siglo XXI. Efectivamente, la culminación de un tiempo. Por tanto, la historia es una conspiración del tiempo humano. Un potencial que sigue el cauce de las necesidades latentes en la especie humana. ¿Hasta dónde puede llegar el azaroso baile que incluso permitió la mutación de un ser que necesita ser algo que no es?. Son los “errores” de la naturaleza en constante experimentación. En última instancia, abandonó el paraíso terrenal y entró en el mundo celestial de las consignas culturales avanzadas. No solo ingenio para obtener alimento y protegerse de la aspereza del ambiente, sino una ingeniería para el alma. Técnicas y modelados agrícolas, ropajes con finalidad estética, agrupamientos comunitarios que ensayaban un primer boceto de fraternidad universal, ritos que respondían a la necesidad de gobernar el entorno, no ya de ser simplemente parte de él. La “revolución” neolítica pautaba los primeros peldaños hacia el reino de los cielos. A imitación del hermoso sueño contenido en su alma, el ser humano configuraba el entorno físico dándole forma y significado trascendente ante su mirada. Las divinidades personificaban a los fenómenos de la naturaleza, que es equivalente a señalar a la naturaleza como imagen divinizada mediante esa nueva ingeniería para el alma. En medio de todo el proceso, el ser humano descubrió un modo de relación íntima con su diverso entorno. Bautizó a la naturaleza en una exigencia de recíproca pleitesía. Quizá la mayor revolución de la Historia sea la abstracción radical. En la era pagana los dioses eran la imagen del mundo en función de una diversidad natural y psicológica, a nivel individual y colectivo, siempre en relación con la necesidad de forjar un mundo trascendente, pero sobre la base del flujo inmanente, de signos y objetos concretos que encienden la llama de la necesidad. Cada fenómeno era un aliado que guiaba al humán en su profundización creativa con su entorno. El panteón mitológico formaba parte, digamos, de un código lingüístico que permitía la sintonización entre el sueño humano y los fenómenos concretos que lo impulsan, relacionado con la capacidad metafórica.

Con la llegada del cristianismo, se rompen todas las conexiones con el flujo natural y el sueño humano relega todo su potencial y su responsabilidad en la idea de un único Dios trascendente en un proyecto de redención universal. Dicho proyecto se encauza con axiomas teológicos que convergen hacia la abstracción absoluta; las consignas culturales de los agrupamientos humanos ya no pueden ir trazando el camino según las necesidades de la época, la sociedad y los hombres concretos en dificultades específicas. Todo queda subordinado a la abstracción del Dios que nos guía hacia su reino celestial, en una Historia predeterminada y con un final inevitable. El humán se autoimpone la tarea de imitar la perfección de Dios en un proceso unívoco. Olvida lo substancial de su historicidad caracterizado por los movimientos cíclicos y la experienciación de contradicciones y opuestos en perpetuo baile de sinergias y entonces la idea de paraíso celestial se convierte en ideología totalitaria. Aquí empezó la alienación del ser humano por causa de esa búsqueda de reglas morales y espirituales de aplicación universal que tuvieran, además, una vertebración de unidad política. En expresión coloquial, digamos que la civilización grecolatina quiso solucionar el problema con un mazazo autoritario, sustituyendo, a grandes rasgos, la ingeniería secular por la fe teológica. Tanto en un caso como en otro, vemos a lo largo de la Historia a la corriente perfectibilista - que tuvo una formulación popularizada y concreta en la clandestinidad de aquél grupúsculo de Baviera, a finales del siglo XVIII - intentando forzar una metamorfosis del estado natural de la civilización en su camino hacia un Gobierno Mundial Totalitario. Posiblemente, el razonamiento abstracto creó la gran tragedia de la Historia moderna.


“Misa negra”, de John Gray, es uno de los libros de actualidad que hay que leer sin demora. A destacar sobre todo su precisión a la hora de detallar ese movimiento perfectibilista a través de la historia postpagana y hasta nuestros días. La metamorfosis secular supuso una furiosa subversión de una tradición espiritual de raigambre gnóstico-judaica (oriental, sin tapujos) cuyos elementos nucleares fueron revalorizados según las necesidades de la emergente sociedad occidental en la baja edad media que finalmente eclosiona con los movimientos ilustrados. Tanto la derecha como la izquierda son herederas y continuadoras del cristianismo, aunque fue la segunda la que instituyó por vía revolucionaria las claves de nuestro presente institucional. En origen, la derecha representaba ese principio de realidad sostenido en la validez de la tradición cristiana que aglutinó en su corpus ideológico valores de tradición pagana junto a los dogmas judeocristianos. La discontinuidad abrupta no existe en la Historia, ni en el plano político ni en el ideológico. Mucho hay de paganismo y cristianismo en la derecha y mucho hay de paganismo y cristianismo en la izquierda. La corriente cíclica ascendente ha integrado los diversos resortes de la Historia y el perfectibilismo es su factor común. Existe una universalidad subyacente a todas nuestras instituciones que tiene su origen en ese necesidad innata del ser humano en su afán de buscar la perfección y la armonía. No voy a descartar la posibilidad de que el mundo humano sea perfectible en un sentido global y más allá del conocimiento acumulativo. En cualquier caso, si existe un camino, parece que estamos errando el modo de recorrerlo. John Gray lo explica muy bien en su libro. Se equivoca, no obstante, en su apuesta por la inmediata muerte de la utopía. Demasiado optimista en ese sentido. El sueño humano es imparable, hasta su autodestrucción o hasta que consiga elevarse hacia las estrellas, si tal posibilidad fuese factible. La utopía solo podría morir cuando se produzca la eclosión al final del camino errado: un Gobierno Mundial Totalitario. El proceso ya esta en marcha, y para verificarlo no es necesario acudir a los teóricos de la conspiración ni a pseudo-documentales como "Zeitgeist". Espero que mi exposición haya sido lo suficientemente clara como para que no quepa duda sobre ello.
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